domingo, 24 de agosto de 2008

QUEMADO



España ha logrado la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Pekín y yo estoy triste. Estoy triste porque he visto a un equipo hacer un esfuerzo sobrehumano para que al final pasase lo que anunciamos los que llevamos viendo baloncesto muchos años: arbitrajes confusos siempre a favor de los americanos.

Si ya hace 17 años hubo un escandaloso arbitraje en el Open MacDonalds que enfrentaba al Joventut contra los Lakers, lo de hoy ha sido de traca. Simplemente no le han dejado ganar a España. Y uno se cansa de ver siempre lo mismo y que no pase nada.

No puedo escribir más porque a partir de aquí todos los datos técnicos que podría añadir incrementarían mi frustración y no me da la gana de hacer feliz al lituano y cia.

Somos segundos, pero hoy hemos demostrado que somos bastante mejores. Ahora sólo falta que nos piten correctamente de una (puta) vez.