DOMINGO DE CONTRASTES

Perdimos la final de Copa del Rey y, con ella, yo me he dado cuenta de muchas cosas. La primera es una que ya sabía y es que el Barcelona no es ni mucho menos invencible como algunos ladran por ahí. Ayer se jugó un partido muy serio desde el principio y sólo 4 o 5 fallos en ataque en momentos claves con canastas fáciles erradas (sobre todo de Tomic) nos privaron de llegar al último minuto igualados o por encima en el marcador. Porque el partido lo que pedía era eso.

Me queda el buen sabor de boca de ver que Carlos Suárez es un jugador que marcará una época y el sabor raro del partido malisimo de Felipe Reyes y de Sergio Llull. Espero que haya sido sólo una mala tarde.

Pero lo más grave viene ahora. Empiezo a cansarme de la nueva ola de madridistas que me rodean. Es lamentable jugar una final en casa contra tu eterno rival y que se escuche más a los 300 catalinos que a la afición blanca. Hace mucho que nuestro pabellón se ha convertido en una ópera y que los equipos juegan como quieren. Vamos, igualito que en el Palau. Este tipo de finales también se ganan desde la grada chillando y animando y ayer ni una cosa ni otra. Son Florentinistas, gente que les gusta presumir de fichajes caros y que se olvidan de los valores que siempre ha tenido el Real Madrid porque, guste o no, el miedo escénico de nuestros estadios siempre ha sido un arma para amendrentar a los rivales y hace mucho que no noto ni en fútbol ni en baloncesto un ambiente infernal. Y es una puta verguenza.


Mención aparte tienen los pseudo-madridistas de nuevo cuño que sólo saben estar a las maduras y que en tiempos de remar se ponen a alabar al contrario antes que animar a los nuestros. Porque no queridos, yo no apruebo que un madridista se levante y aplauda a un jugador del Barcelona como el bigotes famoso aquel con Ronaldinho. Ni señorío ni pollas. Lo haré cuando a nosotros en Barcelona nos hagan lo mismo aunque me temo que eso nunca lo veremos porque en eso (y sólo en eso) ellos nos sacan ventaja.


Por eso no puedo tolerar que me lleguen sms del estilo "estás viendo el barça-caja? Nos van a ganar de 30 o lo k kieran. Son nba" o "plantamos cara pero defendiendo bien estamos empatados. Que no despierten" o "Se acabó. Son muy superiores". Me enerva esa corriente de "qué malos somos qué buenos son ellos". Yo no digo que seamos todos como Tomás Roncero que se pone la venda y no ve más allá de un palmo pero tampoco me gusta ese victimismo llorón de "vamos a perder". Y me da igual los partidos que llevemos perdidos contra ellos. Somos el Real Madrid y el Real Madrid nunca se rinde ni sale a un terreno de juego pensando en no perder de mucho. No hace mucho ganamos una liga de baloncesto perdiendo de 8 puntos a falta de 50 segundos. Y los invencibles del baloncesto son los mismos que palmaron 3-0 la última final ACB. Y los invencibles del fútbol son los mismos que hace 2 años y medio salían al Bernabéu a hacer el pasillo a un equipo que les ganaba esa liga con 18 puntos de ventaja. Y estaban Xavi, Puyol e Iniesta (que para algunos parece que hace 2 años que empezaron a jugar). Conviene recordar estas cosas porque hay mucho acomplejado con poca memoria.


Cambiando de tercio, en fútbol nos hemos puesto a 1 partido (ya que en Madrid les vamos a ganar) del líder después de ganar un partido que se puso muy cuesta arriba por una nueva Casillada. Todavía me pregunto a qué cojones sale a un balón que los defensas lo hubiesen solucionado. El caso es que, haciendo un partido muy serio, un golito de Marcelo nos pone en la picota esperando otro error de los invencibles esos que son tan buenos y tan rápidos que no se les puede dar patadas (ja, ja y ja) y deseando pasarle por encima al Olympique de Lyon.