Me cae bien Ángel Torres, presidente del Getafe. Nunca se le suele escuchar una palabra más alta que otra y mima a sus jugadores y técnicos lo justo. Esto, en los tiempos en los que nos movemos, es admirable.
Primero dejó al Getafe recién ascendido en manos de un inexperto Quique Sánchez Flores que sacó lo mejor de los Craioveanu, Pernía y cia. El Valencia se lo quiso llevar y el señor Torres no puso objección ninguna.
El puesto de Flores lo ocupó Bern Schuster y con él se llegó a una final de Copa del Rey. El Real Madrid se encaprichó con el alemán y Torres le dejó ir.
Puso a otro "novato" en el banquillo y la apuesta le está volviendo a salir redonda: fuera de los puestos en peligro, en cuartos de la UEFA y con un pie en la final de Copa. Ayer le preguntaba el bizco de Brunete por la posibilidad de que el Barcelona quisiese hacerse con los servicios de Laudrup. Torres ni se inmutó: "nunca le cerraré el camino a un técnico". Seguro que tiene en la recámara a un sustituto con el que meta al Geta en Champions.
Por esto y por muchas otras cosas, Ángel Torres me parece de los mejores presidentes que he conocido nunca.
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